lunes, 21 de diciembre de 2009

Nox

Una luz se asoma en el cielo, ya empezando a tornarse oscuro con la caída del azabache de la noche. En un primer momento se percibe como una sensación cálida y agradable, como probablemente nos sintamos todos y cada uno de nosotros mientras flotamos en el vientre materno. Pero... que hay si con el pasar de un segundo toda esa sensación de paz y cobijo se tornan en un ardor e incomodidad de la que no podemos escapar? Ya para cuando nos damos cuenta de que pasa es demasiado tarde. La pequeña luz acogedora se ha convertido en una llama. Si bien esa llama es manejable no es mucho lo que se pueda hacer ante el temor de salir lastimado al intentar manipularla.
Para cuando se toma el coraje para poder hacerlo es demasiado tarde.
Sufrimiento, ardor, llanto y dolor es lo que queda en adelante. Los árboles caen, los animales que supieron mirar a tiempo lo que pasaba huyen. Otros tantos no corren con la misma suerte y son devorados por esta ola que ya no puede ser detenida. Aves achicharradas, lagos evaporados... Como si la vida no valiera nada. No es que no valga, sino que al fuego no le importa. A fin de cuentas, quemar es lo único que sabe hacer y seguirá ardiendo mientras siga consiguiendo cosas que consumir.
Pantanos, lodazales, praderas... Nada lo detiene. La noche se ha convertido en un día artificial, y posiblemente mucho más caliente que la temperatura que tímidamente brinda el sol cuando estira sus brazos sobre la tierra. ESTE pedazo de tierra.
Ya parece que no queda más, pero el fuego se las ingenia para seguir vivo. Lo que una vez fue una selva inexistente ahora sólo es un trozo de vidrio negro poco más grande que el continente más pequeño.
Tal nivel de devastación Indicaría que murió una parte del planeta, y en este mundo globalizado que compartimos nos veríamos innundados con noticias del fuego devastador que no se detiene... acerca del lugar que alguna vez albergó vida ahora nos observa con un oscuro reflejo... Negrura. Oscuridad y nada más.
Todo suena como una gran catástrofe. Pero cuando las selvas inexistentes se destruyen a nadie le importa y no pasa nada. La vida sigue. El fuego renueva. Y no se puede lamentar la pérdida de algo que jamás estuvo en ningún lugar y que no significó nada para nadie.
Nox.